El corazón late más de 100.000 veces al día sin descanso. Y, sin embargo, solemos olvidarnos de cuidarlo hasta que da señales de alarma. Prevenir es más sencillo —y más económico— que recuperarse de una enfermedad.

Vivir fuera de Venezuela trae consigo un peso emocional: la preocupación constante por la salud y el bienestar de tus padres que ya están en sus años plateados. Un malestar inesperado, una emergencia médica o el seguimiento de sus tratamientos crónicos pueden convertirse en angustia cuando estás a kilómetros de distancia.

Cuando tú o un familiar presentan síntomas como fiebre o una tos persistente, lo urgente no es solo recibir atención médica: Es recibir la atención adecuada, en el lugar correcto.